jueves, 7 de julio de 2011

Alzheimer: ¿cuándo llega el momento en que los cuidadores deben pedir ayuda?

En Argentina, hay 450 mil personas afectadas por este trastorno y se estima que el 70% son cuidados por algún familiar. Diferentes estudios demuestran que los cuidadores forman parte de la población en riesgo de contraer la enfermedad y, además, que la sobrecarga y el estrés que ocasiona su tarea constituye un factor de riesgo mortal.



Las preguntas que a menudo me hacen los familiares de mis pacientes son: ‘¿Cuándo ha llegado el momento indicado para pedir ayuda?’, ‘¿Cómo hacerlo y en dónde?’.
Lo que más afecta y sobrecarga al cuidador es la presencia y severidad de los trastornos conductuales. Las alucinaciones, los delirios, la agresividad, la desinhibición y el vagabundeo nocturno son síntomas muy disruptivos. Ver a nuestro ser amado con un problema psiquiátrico es lo que destruye a la familia y sobrecarga al cuidador, que en la mayoría de los casos es un familiar directo.
En estas circunstancias es importante brindar a los familiares información sobre las fases de progreso del mal ya que reconocer la evolución probable de cada paciente permite pronosticar su deterioro y disminuir angustias. Por otro lado, es importante pedir ayuda cuando sientan que el estrés ocasionado por la tarea empieza a dañar su salud física y psicológica.
En la actualidad la familia podrá contar con la asistencia y contención de los grupos de apoyo que brindan distintas Ongs que luchan contra este mal, o bien acudir a centros de cuidado diurno o intermitente y a hogares geriátricos.

Grupos de apoyo. Los grupos de apoyo que brindan asociaciones civiles y Ongs constituyen un espacio de diálogo, contención e intercambio de experiencias para familiares, amigos y cuidadores.

Centros de cuidado diurno o intermitente. En estos centros el paciente tiene la oportunidad de relacionarse con otra gente que padece su enfermedad o trastornos similares y también de participar en actividades que puede desarrollar en un medio seguro. Además, son conducidos por profesionales de distintas especialidades (neurólogos, psicólogos, terapistas ocupacionales, fisioterapeutas, etc) que brindarán al familiar contención y sugerencias para mejorar los
cuidados.

Hogares geriátricos.
La presencia y severidad de trastornos conductuales (alucinaciones, delirios, agresividad, desinhibición y vagabundeo nocturno, entre otros) no sólo destruye anímicamente a la familia sino que además sobrecarga al cuidador. En las últimas etapas de la enfermedad, la fragilidad y el alto riesgo que presentan los pacientes hacen recomendable su internación en una institución donde se atiendan especialmente los aspectos que hacen al programa de cuidados médicos, a la seguridad edilicia y a la asistencia de enfermería geriátrica.


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